Hasta el día de hoy, no he podido, no me he atrevido o no he sabido dedicarle a este difícil y mágico proceso, unas palabras, y es que, me cuesta trabajo definir un sueño.
Tú, mi querida compañera, no solo eres capaz de describir ese sueño, lo has obrado desde el primer momento, desde el empezar. Has creído y deseado, más si cabe, en los momentos complicados, asumiendo la dirección correcta. Me has guiado, a ciegas por un universo incierto pero al tiempo apasionante. Palabras, gestos, besos, sonrisas y alguna que otra lagrima, han sonado muy cerquita de mi alma, convirtiéndose en hitos visibles, que iluminaban este, nuestro camino.
Empezar, proceso, carrera, volver, sueños, reencuentros, ver no es mirar, positivo, precaución, humor, ritual, partida, punción, llamada, día-momento, cuenta, espera, Mario y más, son los eternos colores con los que, amor, has ido dibujando el más querido y deseado de los sueños, de tus sueños, de mis sueños.
Por todo ello gracias, por saber y querer crear, por creerte la mejor dibujante y por saber manejar esa tiza, esa, la reservada al sueño.
Te quiero con la certeza de lo eterno y la fantástica lógica de lo auténtico. Te quiero a ti y también al sueño.
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